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Gales volvió después de la pausa con una cuenta desfavorable de 9 a 12. Los Canadienses dominaron todo el primer tiempo, un primer try por los forwards (25'), una intercepción dentro de sus 22 metros (36') y de vuelta de los camarines un tercero para confirmar (45'). Los Galeses se mostraron sin coordinación, cometiendo faltas de manejo. Los forwards Canucks conservaron el balón y los tres-cuartos alejaron el peligro. Vino el ingreso del venerable Gareth Thomas y de Stephen Jones (harto tiempo sin jugar) que remplazó a Hook en la conducción del juego, carente de oportunismo y con un try en la mochila (un pase de ataque largo interceptado que ya señalamos). Y estos cambios trajeron la confianza a los Dragones. Si bien es cierto que Hook posée calidades innegables (una lectura de juego y un oportunismo para aprovechar los espacios), la presencia de Stephen Jones (y la clase de Gareth) son irremplazables en el cuadro Rojo. A los Canadienses les falto aire en el segundo tiempo, sin esa carencia en lo físico, quizás otro habría sido el resultado.
