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De la jornada de ayer, este Irlanda - Namibia fue quizás el de mayor emoción y no estaba en los libros de nadie de que Namibia ganara este partido; y bien, hasta el minuto 67 todo era posible. Irlanda defraudó completamente, así lo pensamos, a una hinchada que ya le dió vuelta la espalda al final del partido, en la confrontación pasada con Italia. Los Namibianos confirmaron una impresión que fue constante a lo largo de toda la tarde. Hay dos rugby en el mundo y los dos tienen derecho a existir. Cabe notar que la débil diferencia de goal-average, +17 para Irlanda, puede acarrearle consecuencias a los del Trébol, a la hora de cerrar las cuentas de la fase clasificatoria.
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Si bien es cierto que O'Driscoll, en acción personal, abrió el marcador en el minuto 4°, y que a partir de una inspiración de O'Gara en una transversal, Trimble pudo anotar; de ahí vino una sucesión de faltas y de impresiciones, penales malogrados, liberación lenta de balones, pases en el vacío... Irlanda no lograba, hasta terminar el primer tiempo, el punto de bonus ofensivo. Y este vino con un penalty-try por un scrum derrumbado en el minuto 47. El último try de Irlanda mereció, de todas maneras, confirmación de la video y por lo que mostraban las pantallas del estadio, el balón fue apoyado antes del in-goal.
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Era previsible que los Namibianos fuesen afectados en el físico, como los Canadienses al comienzo de la tarde, pero los tres meses de preparación física con el coach de los Blue Bulls, Basel Cargass, no estuvieron de más. Pudieron marcar dos trys de gran factura. Más sólidos en la percusión, Nieuwenhuis y Burger, dos muy buenos terceras lineas fueron la muestra.
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Vuelta olímpica merecida para los Namibianos al final del partido y seguramente noche en vela para el coach de los verdes, Eddie O'Sullivan.
