martes, 23 de octubre de 2007

Fuerza y velocidad de ejecución


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La final Inglaterra - Africa del Sur muestra la tónica de este Mundial 2007: Intransigente en lo que es el combate, muy táctica en lo que respecta al juego al pie, recompensó al equipo mas fuerte, en el más amplio sentido de la palabra.
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Primeros en todos lados
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Los Springboks fueron capaces de imponerse en la mayoría de los duelos, individuales y colectivos. Lo que implica un gran compromiso físico y un trabajo técnico de gran precisión, que permitió conservar los beneficios de un derroche de energía sin límite. Esta relación de lo físico con lo técnico, los Sudafricanos lo lograron en primer lugar en los sectores básicos: conquista, defensa, juego al pie. En la conquista, los Springboks fueron mejores de lo que se esperaba en el scrum y en el line fueron superiores, con la pareja Matfield-Botha, a pesar de un desempeño más que correcto del duo Kay-Shaw, a pesar de cinco balones perdidos. En la zona del tackle los Sudafricanos fueron muy superiores, conservando el balón, recuperándolo directamente y en el peor de los casos contrariando las liberaciones inglesas en los rucks.
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Paciencia y lucidez
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Avanzando en la mayoría de los impactos, superiores en tierra y en los aires, a los Boks no les quedó otra cosa que armarse de paciencia en los intercambios de patadas, la longitud y la precisión de las patadas boks, lograron confinar a los Ingleses en su territorio. Al mismo tiempo contrariaron la circulación de la pelota, a través de frecuentes cambios en la manera de subir defensivamente, alternando defensa "desplazada", que empuja a los atacantes hacia el touch (complicando al mismo tiempo, un retorno del balón hacia el interior) e "invertida", que impide los salteos (riesgo de intercepción de los wines). Y una vez la superioridad físico-técnica rentabilizada por los pateadores (Montgomery-Steyn), vino el triunfo de la lucidez colectiva... en los mismos temas: (re)conquista, ocupación territorial a través del juego al pie, ausencia de faltas. Círculo vicioso pero eficaz.
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108 patadas, 2 veces la linea defensiva atravesada, balón en mano y en solitario
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El Sábado pasado, un público maravillado de iniciados, pudo aplaudir con entusiasmo 108 patadas diversas y variadas: 14 salidas desde los 22 metros, 12 penales (a los palos o al touch), 18 patadas al touch, 62 patadas a jugar que quedaron dentro de la cancha (30 inglesas, 32 sudaficanas), y... dos drops (no pasados por Wilkinson) que bien pudieron cambiar la fisonomía de la final. En comparación, las estadísticas oficiales contabilizan que en dos ocasiones, la linea defensiva fue atravesada. Tait por el lado inglés, al origen del try invalidado de Cueto y Steyn por el lado sudafricano. Pues si los avances de uno y de otro campo fueron más numerosos, el portador del balón no "atravesó" completamente la cortina defensiva.
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Pero volviendo al juego al pie, hay que admirar la calidad y la precisión de las patadas (en especial los "efectos" dados al balón, por lado y lado) de grandes especialistas como los Ingleses Wilkinson y Catt y los Sudafricanos James, Montgomery y Steyn. Y una vez más, la ocupación territorial fue a la orden del día, siendo la finalidad del juego, mantener al adversario dentro de su porción de cancha, de ahí dentro de sus 22 metros y si es posible, presionarlo de tal forma, para obligarlo a patear al touch, con el objeto de obtener la puesta en juego del balón en el line.
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El ruck, lugar de predilección
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Se dice que hay leyes secretas en el scrum, que el scrum es algo que no hay que tocar, los Franceses prefieren el término de "mêlée spontanée" para designar el ruck, como algo que se produce en el juego, como un inconveniente, al que hay que hacer frente en forma provisoria, en oposición al scrum que denominan "mêlée ordonnée", como algo bien definido, estructurado, pero con todos esos secretos que hay que preservar, toda una mitología ancestral.
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Y hoy por hoy, el ruck es la fase de juego más frecuentada, con todo ese desorden y dificultad reglamentaria que le es propia. En esta final, muy limitada en secuencias con más de dos tiempos de juego (10 secuencias de Inglaterra, 7 de Sudáfrica), 137 agrupados fueron contabilizados (73 de Inglaterra, 64 de Africa del Sur). En un combate permanente por ser el primero en estar arriba del balón y poder recuperarlo directamente con las manos, antes de que un adversario no venga al contacto a contestar, formando de esa manera un ruck o scrum espontáneo, para sólo autorizar una disputa con el pie, del balón hasta su liberación. Según el reglamento. Pero la realidad es muy otra. Hay que constatar que en esta final, ocho balones fueron recuperados solamente, por el equipo que defendía, lo que significa no más del 5% (lo cual es superior al promedio), lo que implica una clara improductividad de estas fases de combate. Por otro lado, son el pretexto de enfrentamientos severos, acciones de aseo sobre jugadores estáticos, efectuadas por jugadores lanzados, lo que se asemeja a un juego peligroso, a la intimidación. Y como la mayor parte de los participantes al ruck no están en equilibrio (y a menudo, se zambullen varios en conjunto arriba del balón, para no ser sancionados), podemos darnos cuenta de la dificultad, que todo esto representa como tema de arbitraje. 
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