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18/09/07, Edimburgo.- El wing escocés Rory Lamont frente a una defensa rumana que dejó muchos espacios (con el 9, el medio scrum Lucian Sirbu).
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De otra manera que frente a Italia se plantó Rumania (al parecer no habían recuperado del todo), en el estadio de Murrayfield, con muy poca asistencia para alentar a los locales y la venta a 12 euros de las entradas, no encontró el suceso esperado.
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Rumania se apoyó en su juego de forwards y los Escoceses fueron superiores en las fases de conquista, fueron más penetrantes y mejor organizados en los rucks. Los Rumanos perdieron la pelota a menudo, en el juego agrupado, cuando pudieron concretar en una ocasión, por los forwards cerca de la linea de in-goal, fueron víctimas del contragolpe a partir del desahogo al pie de los Escoceces. Parks (10) fue irreprochable con el pie; Paterson (11) que marcó el primer try a partir de un puntapie muy preciso para él mismo, realizó todas las conversiones y Escocia pudo construir secuencias de juego, en esa viveza que le es propia, especialmente en el segundo tiempo. Hogg con el 7 ("match man"), excelente en el finiquito en dos try y en el realizado a partir de un maul por los forwards en el primer tiempo.
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Los Rumanos mostraron, balón en mano, individualismo, falta de continuidad y de esa forma perdieron la posesión de la pelota, sin sacar partido del trabajo de sus delanteros. Con la carencia de un juego aéreo de mayor precisión por parte del full-back, en ese sentido, estratégicamente estuvieron muy disminuidos.
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Por parte de los Escoceces todo no fue perfección, en el primer período hubieron muchos errores de manejo y la construcción del juego estuvo, muchas veces, falto de apoyo. Como resultante: un rugby triste, sin ritmo.